1. La rebelión de un joven 1. La rebelión de un joven En el año 1632, en la histórica ciudad de York, Inglaterra, nació un niño llamado Robinson Crusoe.De pequeño, todos le llamaban Robbie. Siempre fue un soñador, ¿ sabes? Aunque su padre quería que fuera abogado, Robbie no podía quitarse de la cabeza la idea de la aventura. Se pasaba horas mirando por la ventana de su habitación, con la mente vagando por lugares lejanos. En su imaginación, surcaba vastos océanos y pisaba tierras inexploradas.Su padre no estaba nada contento con todo este asunto de la aventura. Sentaba a Robbie e intentaba hacerle entrar en razón. Le pintaba vívidas imágenes de naufragios y piratas, como si quisiera echar un jarro de agua fría sobre los sueños de su hijo. Y, la verdad, el hombre tenía sus motivos. El hermano mayor de Robbie se había alistado en el ejército y nunca volvió a casa.Pero el anhelo de aventura de Robbie era como un potro salvaje: cuanto más intentaba su padre domarlo, más quería galopar libre. Era un zumbido constante en el fondo de su mente, que se hacía más fuerte con el paso de los días.Entonces llegó el 1 de septiembre de 1651. Robbie acababa de cumplir diecinueve años, y algo dentro de él. se quebró. Fue como si todos esos años de sueños de repente cristalizaran en un momento de locura y valentía. Sin dejar siquiera una nota, se escabulló de casa en plena noche.Y allí estaba, un barco con destino a Londres, como si fuera el boleto dorado hacia sus sueños. Robbie ni siquiera dudó. Subió a bordo, con el estómago revuelto por la mezcla de terror y emoción. Mientras el barco se alejaba del muelle, vio cómo su ciudad natal se hacía cada vez más pequeña.La brisa salada del mar le azotaba el rostro, trayendo consigo el aroma de la posibilidad y un toque de peligro. Era como si el viento intentara susurrarle al oído todos los secretos del mundo. Los otros marineros eran un grupo rudo, con caras que parecían talladas en madera desgastada. Robbie destacaba como un pulgar hinchado con sus manos suaves y su mirada de asombro, pero no le importaba.Al caer la noche y salir las estrellas, Robbie encontró un rincón tranquilo en cubierta para reflexionar sobre lo que había hecho. El océano se extendía frente a él, oscuro y misterioso, como su futuro. Por un momento, se preguntó si había cometido un gran error. Pero entonces, de la nada, una estrella fugaz cruzó el cielo.Poco sabía Robbie que este viaje a Londres era solo el comienzo. El camino por delante iba a ser duro, con tormentas que le sacudirían hasta lo más profundo y momentos de soledad que le harían cuestionarse todo. Pero justo en ese instante, mientras el barco surcaba las olas bajo un cielo estrellado, Robbie se sentía más vivo que nunca.Cuando el sol empezó a asomar por el horizonte, pintando el cielo con colores que harían llorar a un artista, Robbie se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás. Estaba en camino de convertirse en el aventurero que siempre había soñado ser. El viaje que tenía por delante le pondría a prueba de formas que ni siquiera podía imaginar.El corazón de Robbie se aceleró con anticipación al pensar en lo que le esperaba. Su primera verdadera aventura estaba a la vuelta de la esquina y casi podía saborear la emoción en el aire. Pero mientras observaba cómo el sol se elevaba en el cielo, una vocecita en el fondo de su mente le susurró una advertencia. ¿ Y si las historias de miedo de su padre no eran solo cuentos? ¿ Y si el mar tenía planes para él que iban más allá de sus sueños más salvajes.
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