1. Una infancia de crueldad en Gateshead Hall Jane Eir era una huérfana de diez años sin un hogar al que llamar suyo. Vivía en Gueitshed Jol, pero distaba mucho de ser un ambiente familiar acogedor. La pobre niña estaba atrapada con su tía, la Sra. Rid, y sus primos John, Elaisa y Yoryiana. Menuda pesadilla. Cada día era como caminar sobre un campo minado para Jane.La Sra. Rid, tía de Jane, era harina de otro costal. Fría como el hielo, esa mujer. Le había prometido a su difunto marido cuidar de Jane, pero le guardaba rencor. Buscaba cualquier excusa para mantener a Jane al margen de los asuntos familiares, como si la chica fuera invisible.¿ Los hijos de los Rid? No eran mejores. John, el mayor de catorce años, era el típico matón de patio, pero peor. Se divertía haciendo la vida imposible a Jane. Elaisa y Yoryiana, las chicas, quizás no repartían golpes, pero sus desplantes y miradas de desprecio dolían igual.Un día, la cosa se puso fea. Jane se había escabullido a la biblioteca, buscando un poco de paz en un libro. Era prácticamente su única vía de escape de su miserable vida. Pero John la pilló allí y se puso como una fiera.Lo que siguió fue brutal. John le arrojó el libro a Jane y la golpeó con tanta fuerza que le abrió una brecha en la cabeza. El dolor era agudo, como cien agujas clavándose a la vez, pero no era nada comparado con los años de maltrato emocional que había sufrido. Algo en Jane. se quebró. Por primera vez, plantó cara. Le gritó a John, lo empujó.El alboroto atrajo a la Sra. Rid, y como era de esperar, se puso del lado de John. Jane intentó explicarse, pero su tía no quería saber nada. La Sra. Rid puso cara de piedra y ordenó a los criados que se llevaran a Jane. ¿ Su castigo por atreverse a defenderse?El cuarto rojo era la pesadilla de Jane. Allí había muerto su tío Rid, y corrían rumores escalofriantes sobre su fantasma rondando el lugar. Cuando Jane oyó girar la llave en la cerradura, dejándola sola en aquella habitación oscura y opresiva, sintió que el pánico le atenazaba el pecho.La habitación parecía encogerse a su alrededor, las cortinas y los muebles se cernían sobre ella como jueces silenciosos. La mente de Jane se disparó, viendo sombras moverse y oyendo susurros en cada rincón.Llegó a ser demasiado. El corazón de Jane latía desbocado, no podía respirar, y entonces. todo se volvió negro.Cuando Jane volvió en sí, estaba en su propia cama. El médico de la familia, el Sr. Loid, la estaba examinando. Era uno de los pocos adultos que habían mostrado un atisbo de amabilidad hacia Jane. Mientras la examinaba, habló en voz baja con la Sra.Los ojos de la Sra. Rid se iluminaron como si fuera Nochebuena. Era su oportunidad de deshacerse de una vez por todas de su problemática sobrina.Mientras Jane yacía allí, aún débil por su terrible experiencia, se sentía hecha un lío por dentro. Claro que le asustaba lo desconocido. Pero también albergaba un pequeño rayo de esperanza. Tal vez, solo tal vez, la vida en Louud sería mejor que el tormento constante al que se enfrentaba en Gueitshed.Así que, mientras la Sra. Rid se afanaba en hacer los preparativos para enviar a Jane lejos, la joven cerró los ojos y se permitió soñar con una vida diferente. Una vida en la que podría encontrar un poco de bondad, o al menos escapar de la crueldad que la perseguía a cada paso.A medida que pasaban los días y se ultimaban los preparativos, la expectación de Jane crecía. Empaquetó sus escasas pertenencias, se despidió de los pocos sirvientes amables que le habían mostrado compasión y se preparó para el viaje que tenía por delante. La noche anterior a su partida, permaneció despierta en la cama, con la mente llena de preguntas. ¿ Cómo sería Louud? ¿ Serían amables los profesores?Poco sabía Jane, mientras se sumía en un sueño intranquilo, que su llegada a Louud estaría lejos de ser la cálida bienvenida que esperaba.
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